Antes y después
Antes de Fahrenheit 9/11:
Me siento tonto, como una lombriz necia en encontrar una nariz inexistente. No encuentro las palabras precisas, ni siquiera la posición adecuada en esta silla, en este cuarto en el que el calor me hace sudar gotas gordas que se escurren por mi frente estrecha, por estas barbas que ajenas a mi consentimiento, no dejan de crecer. Hay pocas sensaciones tan desagradables como sentirse un estúpido que un día de verano se acerca peligrosamente a la desconfianza propia. Carlos Jesús hace su esfuerzo pero, ¿es suficiente? ¿Por lo menos como para alejarlo, como diría Arreola, de no ser otra cosa que el bufón de su propio espectáculo? Y sí, sí hay algo peor que un par de preguntas lanzadas desde la terquedad al viento que todo arrastra, y se llama autocompasión.
Después de Fahrenheit 9/11:
No soy menos estúpido, pero hay imbéciles mayores a quienes no me queda otra cosa que, de corazón, compadecer como a un niño que, aislado de cualquier contacto humano, no deja de vomitar sangre sobre un pupitre vacío…
Me siento tonto, como una lombriz necia en encontrar una nariz inexistente. No encuentro las palabras precisas, ni siquiera la posición adecuada en esta silla, en este cuarto en el que el calor me hace sudar gotas gordas que se escurren por mi frente estrecha, por estas barbas que ajenas a mi consentimiento, no dejan de crecer. Hay pocas sensaciones tan desagradables como sentirse un estúpido que un día de verano se acerca peligrosamente a la desconfianza propia. Carlos Jesús hace su esfuerzo pero, ¿es suficiente? ¿Por lo menos como para alejarlo, como diría Arreola, de no ser otra cosa que el bufón de su propio espectáculo? Y sí, sí hay algo peor que un par de preguntas lanzadas desde la terquedad al viento que todo arrastra, y se llama autocompasión.
Después de Fahrenheit 9/11:
No soy menos estúpido, pero hay imbéciles mayores a quienes no me queda otra cosa que, de corazón, compadecer como a un niño que, aislado de cualquier contacto humano, no deja de vomitar sangre sobre un pupitre vacío…
2 Comments:
¿Bryan Adams? Pf. Mi lado oscuro es Abba. Felicidades por tu columna en Switch.
Danke, y sí, te debo un mail (no se me olvida), pero sigo en la tormenta y estoy esperando un poco de sosiego, de calma... en breves, si todo sale bien.
Un abrazo
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