Diario de Chacón. Día 1
México, D.F., 29 de marzo de 1994
Mi nombre es S.B. pero me dicen Chacón… todo salió por un juego de amigos en la primaria y bueno, supongo que ya es muy tarde para cambiarlo, hasta los maestros me llaman así: “Chacón, se escribe como suena”, les digo a todos en esas presentaciones idiotas e inútiles que se dan los primeros días de clase… sinceramente no creo en esto de los diarios, se me hace un rollo muy de niña fresa, y no es que yo no sea fresa, a final de cuentas vivo en la Roma y voy a la Universidad Anáhuac del Norte, lo cual es más que suficiente para que se me etiquete, pero pese a que soy apenas un nalgas meadas de 22 años al que su padre a huevo se le pretende heredar una firma de abogados abominables y con cara de imbéciles (todos se parecen demasiado a Jacobo Zabludowski), siempre me he sentido un poco diferente… a lo mejor estoy loco, o por lo menos eso es lo que Sarita me dijo hoy cuando le dije que lo nuestro nomás no funcionaba. La neta no he podido dejar de llorar en toda la tarde por eso, y también porque no la dejo por no quererla sino porque no sé cuándo regrese del viaje que me voy a dar con el Willy por las europas. Mis papás creen que sólo será por el verano, pero la neta yo no estoy tan seguro, yo sólo sé que necesito escapar, que aquí en México me siento como si un gordo tan grande como el Chif de Atrapado sin Salida me estuviese asfixiando con una almohada, y eso sí que no. Que de algo sirva tanto pinche libro que he leído y esta irremediable clavadez que tengo por Pink Floyd (¡son lo máximo!), por lo menos para no ser como Laisha (pinche nombre jodido), mi hermana, que siempre hace lo que mis papás quieren y siempre habla de estupideces (que si fulano está guapísimo, que si sutano tiene un coche que la vuelve loca), no podía creer lo que escuché el otro día cuando, casi llorando de emoción, le contaba por teléfono a su amiga Lulú que en ese espantoso sitio llamado La Llorona alguien la llamó “Princesa Tibetana” ¡por favor!… sí, necesito escapar, me urge hacerlo, ya, ahora, antes de que piense que quizá la mejor de las soluciones es meterme un tubo por la boca para volarme los sesos…
Mi nombre es S.B. pero me dicen Chacón… todo salió por un juego de amigos en la primaria y bueno, supongo que ya es muy tarde para cambiarlo, hasta los maestros me llaman así: “Chacón, se escribe como suena”, les digo a todos en esas presentaciones idiotas e inútiles que se dan los primeros días de clase… sinceramente no creo en esto de los diarios, se me hace un rollo muy de niña fresa, y no es que yo no sea fresa, a final de cuentas vivo en la Roma y voy a la Universidad Anáhuac del Norte, lo cual es más que suficiente para que se me etiquete, pero pese a que soy apenas un nalgas meadas de 22 años al que su padre a huevo se le pretende heredar una firma de abogados abominables y con cara de imbéciles (todos se parecen demasiado a Jacobo Zabludowski), siempre me he sentido un poco diferente… a lo mejor estoy loco, o por lo menos eso es lo que Sarita me dijo hoy cuando le dije que lo nuestro nomás no funcionaba. La neta no he podido dejar de llorar en toda la tarde por eso, y también porque no la dejo por no quererla sino porque no sé cuándo regrese del viaje que me voy a dar con el Willy por las europas. Mis papás creen que sólo será por el verano, pero la neta yo no estoy tan seguro, yo sólo sé que necesito escapar, que aquí en México me siento como si un gordo tan grande como el Chif de Atrapado sin Salida me estuviese asfixiando con una almohada, y eso sí que no. Que de algo sirva tanto pinche libro que he leído y esta irremediable clavadez que tengo por Pink Floyd (¡son lo máximo!), por lo menos para no ser como Laisha (pinche nombre jodido), mi hermana, que siempre hace lo que mis papás quieren y siempre habla de estupideces (que si fulano está guapísimo, que si sutano tiene un coche que la vuelve loca), no podía creer lo que escuché el otro día cuando, casi llorando de emoción, le contaba por teléfono a su amiga Lulú que en ese espantoso sitio llamado La Llorona alguien la llamó “Princesa Tibetana” ¡por favor!… sí, necesito escapar, me urge hacerlo, ya, ahora, antes de que piense que quizá la mejor de las soluciones es meterme un tubo por la boca para volarme los sesos…
3 Comments:
sí, laisha es un nombre bobo. parece judío, pero no me extrañaría que tuviera un origen tarasco o yaqui.
No mamar... lo más jodido de todo es eso de la emoción de ser llamada "princesa tibetana". Chido por el Chacón, ojalá se convierta en lo que Changoleón fue para Facundo (perdón por la comparación abrupta). De entrada ya nos "enganchamos" a su historia.
Bendita cultura la nuestra, en la que los padres quieren lo mejor para sus hijos sin que lo mejor sea lo que ellos quieren. En la que el malinchismo es moneda de estatus, mas que los pesos que alguien tenga y aún estos no son la riqueza mas grande. Mas vale un ñero que entre su florido lenguaje sepa alburear con fineza que un fresa para el cual un libro sea algo que le usar le de pereza.
Post a Comment
<< Home