Saturday, August 28, 2004

La frase de Q

Q es un amigo imaginario. Lo saco del baúl a veces, sobre todo cuando la soledad me muerde los pies. Hace mucho tiempo que lo tenía olvidado, tal vez por eso salió quejándose mientras manoteando se arrancaba las telarañas del cuerpo. Luego de pedirle disculpas de mil y una maneras, y una vez que después de gritonearnos, él por considerar que tanto polvo sobre su cuerpo era injustificable y yo por recordarle que nuestro trato siempre había sido que su existencia dependería de aquellos ratos en los que la tristeza le ganara al ocio, encendimos un tabaco y nos sentamos en el mismo sillón. Él, como tenía acostumbrado, ocupó el lado izquierdo. Y bueno, como la causa de dicho reencuentro para mí en realidad solamente consistía en tener un poco de compañía, preferí hacer mutis y dejar que Q arrojara la primera piedra:
- ¿Sabes con qué frase me dormí la última vez que me dejaste?- me dijo sin dejar de mirarme con esos ojos negros que tiene, tan parecidos a los de Pacino.
- La verdad no tengo ni idea- le contesté.
- ¿Ah no? Pues dice lo siguiente: “Hoy te busqué, en la rima que duerme, con todas las palabras”… ¿Sabes de quién es?
- Claro que lo sé- le contesté con una especie de aullido- pero ya sé a dónde vas y no me gusta-.
Y así, sin decir ni “agua va”, tomé a Q de los hombros y, pese a sus protestas, volví a guardarlo en el baúl. Me encantaría no volverlo a dejarlo salir otra vez, por lo menos no por varios meses más. Se lo merece. Odio cuando se pone en ese plan, como si supiera exactamente qué botones apretar, qué palabras decir para sumirme en la desesperación, siendo que su supuesto papel es el de aliviarme de las miserias. Me cuesta aceptarlo pero es verdad que estamos en tiempos muy extraños, incomprensibles, en los que ya ni siquiera los amigos imaginarios hacen bien su trabajo…

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