Wednesday, October 13, 2004

Diario de Chacón. Día 2

México D.F., 2 de abril de 1994

“Tú y los otros me podrán decir lo que quieran, pero las viejas que además de feas son mamonas se pueden salvar. Las que sí no tienen remedio alguno son las gordas sin tetas. Nunca te enamores de una gorda sin tetas”, me dijo Camilo muy serio, mientras me acompañaba a renovar el pasaporte. Buena onda el Camilo ése, siempre me cayó bien porque nunca fue como el resto de los compañeros de mi hermana Laisha, quien aunque lo niegue, desde la secundaria en que lo conoció y hasta ahora, sigue enamorada de él. Y si a últimas fechas le ha dado por decir cosas malas de Camilo, sobre todo a sus amigas de cerebro con relleno sabor avellana, como el que es “un golfo sin remedio que le saca todo al papá” o “un marihuano rojillo al que le da por mezclarse con los nacos”, es simplemente por ardida, porque nunca la peló. Ya casi no va a la casa aunque mi mamá lo adora, supongo que se ha dado cuenta de las piedras que mi hermana le tira a sus espaldas y a ese Camilo no le laten ese tipo de ondas. No digo que no es un vividor, finalmente ya van por lo menos dos veces que se ha ido a Europa por varios meses y en plan lujoso, supongo que con el dinero de sus padres. De lo que sí estoy seguro es que de las arcas familiares sale toda esa enorme cantidad de billetes que gasta en alcohol, ¡porque vaya que chupa! Apenas tiene 25 años y ya parece de 32. Pero por lo menos no anda restregando la riqueza de su apellido en las caras de los demás. Dice que es poeta y aunque nunca he leído nada de él le creo. Se la debo, finalmente fue el primer güey que me enseñó Pink Floyd, rescatándome así del error en el que estaba cayendo, todo por culpa de Laisha y sus estaciones de mierda. Y pensar que hace todavía unos meses quería que me enterraran con un bolero de Luis Miguel... Es raro, Camilo apenas me lleva un par de años pero yo lo veo como si fuese mucho más grande, tal vez porque la verdad posee un colmillo invisible (sólo algunos, como yo, podemos verlo) que se arrastra por el suelo, y también porque ha vivido mucho más que yo. De hecho bien puedo decir que fue mi inspiración para hacer este viaje a Europa. Pero él no lo sabe, él sigue en su rollo, tranquilo de la vida, chupando, ligándose a las fruti lupis de la colonia Polanski y haciendo como que escribe, disfrutando los millones de su papá en su posición de hijo único de funcionario corrupto. ¿Marihuano? Eso sí quién sabe, no me consta pero tampoco lo dudo. Aunque la neta no me importa, después de todo nunca le creí a mi mamá eso de que los pachecos se acaban matando los unos a los otros, arrancándose los ojos y mordiéndose las orejas. Bueno, sí se lo creí alguna vez, cuando tenía diez años. Pero ahora es diferente, ahora los relaciono con la guitarra debrayadora de Gilmour y los imponentes platillos de Mason. A final de cuentas si todos esos fumadores de yerba son como Camilo no hay bronca. Mucho menos si les da por hablarme de la gran importancia que tienen las tetas.

2 Comments:

Blogger F. said...

Pink Floyd y Tetas... buena combinación. Yo creo que el Camilo no estaba tan pacheco como decían...

4:58 PM  
Blogger Rodrigo Flores King said...

Muy cierto. Ahora hasta me parece que existe una curiosa conexión entre las tetas, la mariguana y Pink Floyd, o al menos el mismo tipo de personas parecemos atraídos fervientemente hacia este trío de cosas, aunque debo reconocer que podría vivir un tiempo sin escuchar Pink Floyd (no demasiado), pero no puedo vivir sin ver un buen par de tetas a diario (cosa no muy difícil en donde trabajo) y menos sin un buen Gallo de vez en cuando.
Aprovecho para agradecer la sorpresiva y reconfortante llamada de mi queridísimo C.J.G.E., como le dije, hizo mi día, ahora sólo necesito localizar a Obi para completarlo. Gracias Hermano.

12:26 PM  

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