Berlín II
No, querido César, Berlín no es solamente como una herida: Es como una suma, o más bien una multiplicación de heridas que se presumen unas a otras, como si se tratase de un concurso de heridas en donde la más larga o la más profunda será la ganadora, lo que provoca que vayan dibujándose con trazos firmes, fuertes, de esos que, por ejemplo, pueden apreciarse en un cuerpo lanzado desde un octavo piso tras una desvelada larga, no a causa del trabajo o la fiesta, sino una de esas desveladas cubiertas de nieve en las que los pensamientos rebotan en las paredes y vuelven dentro. Lo más curioso, es que las heridas de Berlín también se gozan, sobre todo cuando uno las halla en una nuca que se reconoce a miles de kilómetros de distancia. Allí, silenciosas, esas heridas abren universos insondables y repletos de otras heridas que se pegan al cuerpo como alas de ángel y que, por tanto, muestran pedazos de lo que pudiera ser el paraíso.
Por eso, aunque sigan hiriendo hasta quién sabe cuándo, Berlín y esa nuca imposible, como los últimos pensamientos de un suicida desvelado, continuarán quedándose dentro, muy dentro...
P.D. En breves: Rolando Borges III. Promesa.
Por eso, aunque sigan hiriendo hasta quién sabe cuándo, Berlín y esa nuca imposible, como los últimos pensamientos de un suicida desvelado, continuarán quedándose dentro, muy dentro...
P.D. En breves: Rolando Borges III. Promesa.
3 Comments:
tantas heridas
imágenes de sanguijuelas
que se pegan al cuerpo
y hacen sangrar
la piel,
con el frío
de un invierno que deja costras...
incluso en la nuca
paty me mandó la revista de la sgae en la que colaboraste, me dio gusto ver tu nombre y tu texto, claro.
saludos.
ja ja afortunadamente llego tarde asi no tendre que esperar tanto por la tercera parte.
Ultimamente me pregunto si hay futuro en el alemán,
Y ultimamente me respondo -no-
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