Rolando Borges (II)
A M. lo primero que se le ocurrió para espantar el miedo fue encender un cigarro, de esos Ducados cuyo tabaco negro se queda adherido en la garganta como cucharada de cajeta amarga, y se lo pasó al tiempo que prendía otro para ella. “A ver, tranquilo, ¿qué ha pasado tío?”, le preguntó a Rolando, quien estaba despeinado y con los ojos desorbitados: “Te juro que olía de manera muy extraña. En un principio pensé que lo que flotaba en el aire era una mezcla de semen y alcohol, pues recuerdo que el aroma ácido que respiré era parecido al del líquido con que limpian las piscinas. Ahora estoy segura que era algo peor: era el olor del miedo”, me dijo M. encendiendo otro Ducado que pensé que le ayudaría a recrear aquel momento, y luego continuó con el relato. Según recuerda, Rolando entonces le dio un par de caladas fuertes a su pitillo sin poder ocultar un severo temblor en las manos que a ella, ridículamente, le recordó un baile que ejecutaba con sus amigas en la adolescencia, y luego se sentó al borde de su cama. “Soy un idiota, soy un idiota”, le decía Rolando sin mirarla a los ojos y más bien viendo a la nada, y ya sin levantar la voz, la cual de repente se empezó a quebrar hasta perderse en murmullos, “necesito que me ayudes”, dijo después, ahora sí clavando sus ojos en los de ella. M. me contó que en ese momento entró a su pecho o se despertó, porque los sentimientos no se pierden, sólo se echan a dormir, una sensación de ternura casi insoportable que la movió a abrazarlo. “Todo estará bien”, le repetía una y otra vez, a la par que Rolando sollozaba como un niño, o peor, como un niño que ve sangre saliéndole de una herida por primera vez, o mucho peor, como un niño al que sus padres castigan encerrándolo en un clóset. “Cuéntamelo todo”, le pidió al cabo de unos minutos, cuando vio que el rostro de Rolando al fin había recuperado un poco de color y sus lágrimas habían empezado a secarse. “Está bien, tal vez sea lo mejor”, dijo él, “tal vez”…
7 Comments:
Insisto: ¿y qué pasó entonces? La audiencia espera impaciente...
Soy parte de la impaciente audiencia.
sí, sí, continúa.
Chuy, anda. ¡Cuenta! La audiencia te aclama.
acabo de ver tu bio, tu foto y tu texto en la nueva código. felicidades.
Vuelveeeee!!!!
Ya estoy de nuevo en Barcelona.., nos vemos?
Cómo te gusta el "suspense", Viejo. Ya aplíquese a terminar....
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