Friday, May 06, 2005

Brozza

No somos una sociedad secreta, pese a que la constitución que plasmamos en un cuaderno Scribe hace más de quince años y que tenía una portada en la que una pareja de rubios se juraban amor eterno, parecía un dictado de niños jugando a ser masones. Aunque si de verdad a algo nos podríamos asemejar, es al exclusivo club de Búfalos Mojados en donde Pablo Mármol y Pedro Picapiedra celebran ruidosamente su amistad y su velada misoginia. Ha pasado tanto tiempo, que ya no recuerdo con exactitud cuántos hemos sido a lo largo de nuestra vida como semi-logia. Alguna vez hubo un tal C.R., singular personaje al que apodamos “El Real” por su ilustre apellido: “Reyes Castillo”, y cuyo hermano contaba con la peculiaridad de llamarse al igual que él pero con ambos nombres invertidos: R.C. Fue una lástima echarlo por ser tan traidor como Judas o Paul McCartney, la verdad me caía muy bien por haber compartido conmigo el primer viaje que hice solo, específicamente a un Acapulco-Caleta en el que nuestra peor travesura consistió en comprar un Playboy y una cajetilla de Marlboro blancos, pero hay ciertas cosas que la adolescencia, más bien, que la amistad adolescente, definitivamente no perdona. Aparte del de apelativos pomposos, desfilaron un Mario, quien siempre podrá contarles a sus hijos que su primera borrachera fue con cerveza y sesenta pesos de los de antes, y también un Paco que contaba con más pecas que ganas de brindarle la solemnidad requerida (y, léase bien, exigida) a nuestra hermandad. Hubo también un Luis Gabriel, a quien despedimos por razones musicales y probablemente se me escapa algún otro por ahí. No importa. El hecho es que ahora somos diez y que nos juntamos, como aquel día en que plasmamos nuestras firmas en el Scribe cursi, en el primer fin de semana de cada mayo. La locación suele ser el rancho de los González, terreno vecino a las lejanas tierras de Chiluca, y el menú es preparado minuciosamente días antes del evento. A él acuden personas de Veracruz, de Querétaro, de Chiapas y, en su momento, hasta el loco Flores King hacía lo imposible por deslizarse desde las olas que peinaban su Ensenada hasta aquel sitio en el que, desde el primer día, decidimos que todo se puede decir y llorar y reír, dando la impresión de que ese sábado de cada primavera el tiempo está destinado a detenerse, como si por allí silbara algún dios y solo nosotros lo pudiésemos escuchar. Me duele saber que mañana no podré acudir, con lo que no solamente perderé el haber sido, hasta ahora, el único invicto en asistencia, sino también un manojo de conversaciones irrepetibles y valiosas que, hacia la tarde posterior a la celebración, luego de que cada uno de los nuestros se llevase todo envuelto en silencios, de seguro habrían convergido en un único punto que se pierde sin perderse en el aire y que nos conmina a volver: Saber que hemos dejado de ser los mismos para, simplemente, seguir siéndolo… pero para el aire las distancias no existen.

5 Comments:

Blogger Gerardo De la Garza, el biógrafo no oficial del Marqués de Topochico said...

No sé si alguna vez formé parte de la "brozza" pero eso sí, recuerdo esas noches de intensidad etílica y neblina "londinense" de tantos cigarros fumados. Mugre Chuy, deberías escribir de esas tremendas fiestas que se hacían en tu cantón de Alamo Plateado... esas sí eran borracheras como para componerle una oda en metro yámbico. A ver si algún día te echas alguna crónica de esas inolvidables "noches mágicas".

5:09 PM  
Blogger Vanessa Alanís said...

por ahí leí en un libro: cuando sea grande, volveré a ser lo que he sido.
siempre me ha gustado esa frase.

x cierto, vi tus links, viste ke no era tan difícil?
besos

7:39 PM  
Blogger Amenazza said...

aupa colega! ya veo que visitaste mi blog, gracias por el comentario de paso... y veo también que le pusiste links a tu chunche, gracias por incluirme también. Vino Maestro por lo de la Broza pero no lo pude ver, será a la otra. Saludos mi CJ...

7:47 AM  
Blogger Rodrigo Flores King said...

Todo resultó ser como suele ser el primer sábado de mayo de cada año desde 1988: Una celebración como no hay otra en el mundo.
Otra vez la línea principal: reencontrar, recordar, retomar, reir.....retener eso que fuimos y que somos. Toparnos con lo fantástico. Tropezarnos por décima octava vez con la misma piedra organizacional. Sentir de nuevo que quiero a mis nueve hermanos como a nadie en esta vida, aunque hay veces que no los soporto. Confirmar que todos ellos son conmigo pacientes y tolerantes. Adivinar que quedan millones de sucesos y situaciones por venir y compartir. Un año más se cumplió y seguro levantamos nuestras copas al mismo tiempo que ustedes, porque inclusive fue algo no planeado, algo sutil y espontáneo, como hemos sido siempre. Brindamos por ustedes y enseguida volvimos al magno evento, a vernos las caras sonriendo y brindar entre las interrupciones de siempre. Entre el murmullo del arroyo y las notas esparcidas al viento por la guitarra, ese viento que trajo de un modo extraño a La Brozza del otro lado del Atlántico, a tres mil kilómetros de distancia justo a un lado de nosotros la noche del sábado. Sentimos que estaban aquí.
Es más, yo aún lo siento.

1:53 AM  
Blogger Ali Heredia said...

"los de siempre" <--ya no somos.
todavia hace un par de años los sabados eramos los de siempre, "alcohol? kienes van? los de siempre"
"los de siempre" nos fuimos depurando, "los de siempre" estamos regados, caray, que envidia a akel k conserva a "sus de siempre"

10:15 PM  

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