Una tarde con Jerry Pop
Estaba un día tocando Jerry Pop en metro Fontana cuando...
JP- Today is gonna be the day...
Señora obesa agradecida y parada a unos cuantos metros- ¡Uy, qué bonito!
JP- (...)
El público -es decir, solamente ella- no da señales de quererse marchar. Pasa un minuto, dos, tal vez tres.
JP- (...)
Ella se acerca. Pesan sobre ella unos sesenta años y un permanente indestructible. Tiene pinta de que a sus nietos los obliga a comer hasta la última rebanada de pà amb tomàquet. Jerry Pop le inspira ternura, o quizá hay algo en su mirada que le recuerda los ojos de Pep o Sergi o Enric, sus queridos y posibles ex amores. Quizá por eso y porque los recuerdos no tienen precio, deja diez céntimos de euro en el estuche de lengua roja y peluda.
Señora obesa agradecida- ¿De dónde eres?
JP- Mexicano señora.
SGA- ¡Uy, qué bonito! Yo sé cantar algunas de Jorge Negrete, ¿te sabes alguna?
JP- Uy señora, la verdad no, pero si quiere inténtelo.
SGA- ¿De verdad?
La señora gorda agradecida toma la guitarra, la prueba -¡uy, qué bonito! Ésta sí está afinada, no como la mía- Luego se sienta en el banco desechable que apenas soporta los 58 kilos de Jerry Pop. Él cierra los ojos, espera lo peor -o lo mejor- El objeto hace caras pero resiste, aguanta como los grandes.
SGA- Si te la sabes, canta conmigo tío...
JP- Mmjjjj...
SGA- Allá en el rancho grande...
JP- Today is gonna be the day...
Señora obesa agradecida y parada a unos cuantos metros- ¡Uy, qué bonito!
JP- (...)
El público -es decir, solamente ella- no da señales de quererse marchar. Pasa un minuto, dos, tal vez tres.
JP- (...)
Ella se acerca. Pesan sobre ella unos sesenta años y un permanente indestructible. Tiene pinta de que a sus nietos los obliga a comer hasta la última rebanada de pà amb tomàquet. Jerry Pop le inspira ternura, o quizá hay algo en su mirada que le recuerda los ojos de Pep o Sergi o Enric, sus queridos y posibles ex amores. Quizá por eso y porque los recuerdos no tienen precio, deja diez céntimos de euro en el estuche de lengua roja y peluda.
Señora obesa agradecida- ¿De dónde eres?
JP- Mexicano señora.
SGA- ¡Uy, qué bonito! Yo sé cantar algunas de Jorge Negrete, ¿te sabes alguna?
JP- Uy señora, la verdad no, pero si quiere inténtelo.
SGA- ¿De verdad?
La señora gorda agradecida toma la guitarra, la prueba -¡uy, qué bonito! Ésta sí está afinada, no como la mía- Luego se sienta en el banco desechable que apenas soporta los 58 kilos de Jerry Pop. Él cierra los ojos, espera lo peor -o lo mejor- El objeto hace caras pero resiste, aguanta como los grandes.
SGA- Si te la sabes, canta conmigo tío...
JP- Mmjjjj...
SGA- Allá en el rancho grande...
5 Comments:
jajajaja no mames! yo me hubiera guacareado de la risa
además me caga como suena el catalán... seguro es una versión light del montenegrino mjmjmj
vi ke se animó a ir a comentar a las efimerías. se lo agradezco infinitamente
Reir o llorar? Encantador.
InvItote a escuchar www.radio.efimera.com.mx estación internetera en la que transmito el musicasiopea los viernes por la nochecita (super comercial! perdón)
Gracias por el link! un abrazo.
Pobre Jerry... con lo que le gustan las señoras gordas de 60 años!
que chida extraña, la mujer obesa, yo no tengo suerte con los extraños, el unico k se me ha acercado me dio un miedo terrible y unas ganas tremendas de correr a samborns a esconderme... termine comprando un libro... kiza era u trampa de mercadotecnia...
un abrazo
Y luego dicen que los mexicanos somos cursis... ¡Pardiez!
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