Una frase
Es permisible ser pariente de alguien famoso, aún más si se es mujer con gracia, de esas que hasta eructan con clase. Por eso le permito a Dorothy Wilde, la sobrina de “Oscarcito”, no solamente el que nunca hubiese tenido conciencia de su existencia hasta hace unos días, gracias a un libro de esos que llegan por azar a las manos, sino también el que en su momento haya empinado más el codo que Chavela Vargas o Ava Gardner, o el que se pareciera físicamente en extremo a su tío, según dicen quienes la conocieron, lo que considero tan atractivo como ver a mi compañero de piso con solamente los calcetines puestos. Le perdono eso y el saber, casi con plena seguridad, que me olvidaré de ella tan rápido como del nombre del noventa y tres por ciento de aquellos con quienes cursé la carrera universitaria. Lo único que no estoy dispuesto a disculparle, es que haya acuñado una frase que no deja de taladrarme el cerebro, una frase que es tan sencilla como cierta, una frase que es como un escalofrío que lo arropa a uno en la noche o un trueno que lo despierta sudando, una frase chueca, mal parida y traicionera, como todo soplo de aliento que empaña el vidrio de la verdad: “La gloria es ser conocido por aquellos a quienes no deseas conocer”.
Y ya.
Y ya.
2 Comments:
... y enterarte de eso, porque sino... pues eres una vieja fea con nariz de dorian gray y apellido famoso
besos
O a veces lo que da clase no da el gusto, o el gusto no da la clase. Mejor ser de aquí y no de allá??
QUe gusto al estornudar con clase y gusto?
En fin.
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