Palabras muertas
El destino pudo más que yo. Eran palabras, simples palabras y algo o alguien se las tragó frente a mis ojos. Nada puedo hacer, tal vez sólo llorarlas y despedirme de ellas con un ridículo pañuelo en la mano y esperar a mañana, con la esperanza, eso sí, de que caigan como bomba en el estómago del dios glotón del Internet. Tal vez así las vomite algún día y me las devuelva.
Algo me duele bastante...
Algo me duele bastante...
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