Saturday, February 25, 2006

I May Not Always Love You

El mundo continúa destruyéndose,
lejos,
cerca,
pero yo sólo quiero cantarte God Only Knows
hasta que alguien venga a juzgarlo

Dos que fueron Tres

Yo- Desde hace no sé cuánto tiempo ya me digo que tengo que escribir una novela. En parte por eso vine a Barcelona y creo que ya es el momento.
Ken- …
Yo- Mala, buena, mediocre, rectangular, sobrada, estúpida, me da igual. Es sólo que ya la tengo que…
Ken- Escupir.
Yo- Ya, sí, escupir, escupirla.
Ken- ¿Cuándo empiezas?
Yo- En cuanto me mude a Berlín.
Ken- ¿Te dará tiempo de escribirla?
Yo- Me lo tengo que dar.
Ken- ¿En Berlín?
Yo- Sí, allá. La cuenta regresiva ya empezó.
Tercero desconocido- ¡Holstia! Cómo mola. Será algo parecido a lo de Lou Reed.
Yo- Para el caso, preferiría que fuese como el Low, de Bowie, pero no tengo ni idea de aquello a lo que pueda sonar lo escrito. Quizá digo mil cosas y al final acaba siendo como el Amnesiac, de Radiohead, tocado con mariachi, o una canción de Lorenzo Antonio interpretada por Interpol.
Tercero Desconocido- O a John Denver tocando una cumbia colombiana.
Ken- ¿Pues qué tú no eres venezolano? O bueno, disculpa, ve-ne-zo-la-no-es-pa-ñol.
Tercero Desconocido- ¿Y qué? La cumbia me la suda pero igual me gusta John Denver. ¡Cómo mola el tío! ¿Habéis visto La Boda de mi Mejor Amigo? Es un chuletón, pero cuando tocan Annie’s Song, o más bien la canta el hermano del novio con sus colegas mientras inhalan el hielo, os juro que casi llego a las lágrimas.
Ken-…
Yo- Bueno, sí, no estoy muy metido con John Denver pero esa canción es grande. ¿O qué dices güey?
Ken- Que John Denver apesta y que los libros nunca, nun-ca-ja-más cabrán en los reproductores de CD.
Tercero desconocido y Yo- Ya.

Thursday, February 02, 2006

¿Pus quién?

Don Alonso era un buen tipo. Muy callado eso sí, apenas y levantaba a medias el brazo para devolver el saludo, pero nunca le noté nada raro… ¡quién lo hubiera pensado! Un señor gordito y tímido que resultó tan malo. Caras vemos…
Pero le digo, ¡Ave María Purísima!, que nadie de sus vecinos notamos algo extraño, algo que realmente llamara nuestra atención. Malos olores… ¡bueno!, pues eso de vivir tan cerquita de la presa siempre los ha traído a nuestras narices, y ese Don Alonso bien que lo sabía.
Yo pienso, además, que esa sonrisa coqueta que hacía que sus ojos se vieran tan chiquitos de algo le habrá servido, por lo menos para no levantar ninguna sospecha. Y sí, insisto, algo tenía su sonrisa esa de la que tanto hablábamos la del 21 y yo muriéndonos de la risa y de la pena, como novias de pueblo, mire que la soltería a mi edad… y pues ya, la verdad es que con todo y todo, y que Dios me perdone, pero ya decidí que yo sí iré de vez en cuando a la cárcel, para llevarle su boing y su tortita de tamal de repente, mera misericordia cristiana.
Eso sí, no puedo ir tan desarreglada, ¡qué irán a decir las demás! ¡las otras que van a visitar a sus hermanos y a sus maridos! No, si por eso ya me compré un vestidito azul re bonito con la Lola, la prima de mi compadre Miguel… ¿Qué si sé bien lo que estoy haciendo? Pues sí, creo que sí, ya a mi edad como que eso de pensar tanto las cosas pus como que no. Ya mi hermana, que en paz descanse, bien que me decía: “No le piense tanto que se va a quedar vistiendo santos”, y pues ya ve, la canija me maldijo y ya hasta ni me acuerdo de la última vez que alguien me regaló una rosa y duele fíjese, se siente re gacho que ya nadie la voltee a ver a una.
Y por eso creo que algo le debo a Don Alonso, el pobrecillo, porque de verdad que yo sentía algo que se me instalaba en el estómago, y me lo recorría todito y me lo quemaba cada vez que me saludaba, así como le digo, como no queriendo la cosa, como si le pesara el brazo, pero siempre dedicándome una miradita tierna que no me puedo sacar de la cabeza… el padre Manolo dice que me lo piense bien, que por algo así me puedo condenar al infierno pues Don Alonso hizo pacto con el diablo desde que violó a la primera niña, pero yo insisto que esto que me mueve es puritita caridad. Y finalmente, si no soy ya la que va a darle una visitita de vez en cuando a la cárcel… ¿pus quién?

Día Extraño

Hoy auguro un día extraño. Lo sé y lo sé bien. Mi mejor amigo se ha roto el brazo y la paciencia y los monos salen a las calles vestidos de algodón. Lo sé también porque, luego de esquivar con gracia el basurero, he tenido que venir corriendo al teclado a vomitar, y porque hoy el Hallelujah de Jeff Buckley se escucha como canción de fiesta infantil. Lo sé porque al despertar leí algo de Eco y me volví a quedar dormido, y porque ayer soñé que Berlusconi invadía México. Lo sé porque esta angustia no es gratuita y porque el sol es verde y porque todo apesta y porque todo es irresistiblemente hermoso, como las hormigas que cruzan a saltitos por el corazón. Lo sé porque sí. Lo sé porque he vuelto a escribir. Lo sé porque he dejado de llorar.